La temática que se propone desarrollar a través de este Curso se refiere a la problemática de la alfabetización, entendida como proceso nunca acabado, como práctica sociocultural, como oportunidad y como derecho de cada sujeto a participar activamente en una cultura letrada. En este sentido, la alfabetización constituye un tema central que debe ser recontextualizado en términos de lo que las culturas de lo escrito hoy exigen y los aportes de los avances científicos más recientes. Reformulación necesaria pues el conocimiento letrado no sólo es una exigencia social, sino que, además, atraviesa y define todo y cualquier proceso de escolarización. Dentro de ese campo, se involucra el abordaje de la comprensión de textos desde un enfoque que contempla positivamente los saberes y posibilidades de construcción de conocimientos de los alumnos y, a la vez, la complejidad de un objeto lingüístico, histórico y social específico: la escritura y el lenguaje escrito. Las herramientas computacionales sustentan la continuidad de las tradiciones gráficas de la escritura fundada en el libro y, asimismo obligan a su resignificación a partir de la noción de red e hipertextualidad. Por otra parte, las TIC ponen a disposición de quien escribe recursos tradicionalmente delegados a tareas profesionales, por ejemplo, las del corrector o las del editor.
La consideración de la historia de las transformaciones gráficas, textuales y socioculturales muestra el surgimiento de los géneros discursivos que configuran las prácticas de escritura y lectura actuales, así como el de las nociones de lector y escritor. La perspectiva propuesta conlleva una reflexión acerca de la incidencia de los diferentes géneros discursivos y textuales así como la de los contextos en la tarea de formación de lectores y de escritores en el ámbito escolar, con un doble propósito: recuperar actividades de lectura y de escritura que en la escuela habitualmente no se las concibe como situaciones de enseñanza y de aprendizaje en sí mismas, confiriéndoles nuevos sentidos sociales y culturales, acordes con las prácticas de la cultura letrada de nuestro tiempo, y, además, ilustrar los saberes propios de las prácticas de lectura y de escritura que los alumnos ponen de manifiesto y tienen oportunidad de reformular a través de prácticas de lectura y de escritura específicas.